Laura entra en el bar detrás de sus amigas; es el cumpleaños de Maribel, su amiga de toda la vida que ha decidido celebrarlo en un bar del pueblo. Para la ocasión ha decidido estrenar esos tacones nuevos que le regalaron por Navidad. En un rato, con una copita de más, sus amigas se acercarán a ese grupo de chicos que casualmente también han decidido salir esa noche por el mismo lugar. Y, una vez más, ella se quedará sujetando los abrigos mientras ellas se lo pasan bien con ellos.

Sus amigas no saben que es lesbiana, se dan cuenta de que los chicos no le interesan demasiado, pero lo achacan a que es tímida o está esperando a su príncipe azul, y ella no se atreve a desmentirlo. Pero si se dieran cuenta de que no puede dejar de mirar a esa chica que está en la barra… lo bien que le queda ese vestido y la sonrisa tan bonita que tiene. Lástima que sea heterosexual.

María mira desde la barra al grupito de chicas heterosexuales que acaban de entrar y se pregunta cuándo dejará de ser la única lesbiana del pueblo. Las observa bebiéndose su copa mientras espera a Julia, otra chica lesbiana del pueblo de al lado que ha conocido por internet. Repara de pronto en esa chica de ojos castaños un poco rezagada del grupo, que ya se ha juntado con los chavales que estaban al fondo. Le gustaría acercarse a ella, saber cómo se llama, y, por qué no, echar un baile, Pero no lo hace porque sabe que la asustaría, o que del baile no  pasaría y que la que se quedaría con el corazón roto de nuevo sería ella.

Por fin ve entrar a Julia, como siempre, segura de sí misma con su pelo corto, camiseta de tirantes y pantalones anchos. Se ha retrasado bastante… en seguida le cuenta el motivo: ha estado ligando con otra chica en la puerta. “¿Qué hiciste?” le pregunta María asombrada; quizás pueda aprender técnicas de ligue de su amiga, visto el poco éxito que tiene. “Nada, se me acercó” le contesta Julia “Me suele pasar a menudo, ¿a ti no?”. María se toma un tiempo para pensar y se pregunta qué hará mal si siempre le han dicho que es una chica mona y lo bien que le queda el vestido que lleva. De pronto, su mirada se cruza por un segundo con esa chica de ojos castaños y bonitos tacones. ¿O quizás hayan sido imaginaciones suyas?

Laura por su lado retira rápidamente la mirada y maldice su mala suerte. La chica que le gusta tiene una amiga claramente lesbiana, ¿por qué no lo podría ser también ella? Y mientras sujeta los abrigos se pregunta por qué no habrá ni una sola chica lesbiana aparte de ella misma en el pueblo.

Elena Sophie
Delegada del área joven de COGAM

Soy joven y busco mi lugar y creo que lo he encontrado. Un pequeño espacio, diminuto y minúsculo y al mismo tiempo un gran universo. ¿Cómo que qué es Gaztegehitu? Ese espacio joven donde todas y todos nos sentimos (un poco más) libres. ¡Rompe la barrera y adelante!