En este número dedicado al día internacional en la lucha contra el sida no se podía dejar pasar la referencia a las técnicas existentes para evitar su transmisión. Sin embargo, esta vez queríamos explorar otras opciones.

Sabemos, o deberíamos saber, que la mejor barrera para la transmisión del VIH es el uso del preservativo, tanto masculino como femenino, en nuestras relaciones sexuales. Nos protege no sólo en la transmisión del VIH sino de otras enfermedades de transmisión sexual (ETS). Por eso, se hace necesario hablar del uso del condón y de todas sus posibilidades, que son muchas. Erradicar los mitos de que el uso del preservativo puede interponerse con nuestro deseo y ritmo durante nuestras relaciones sexuales. Y valorar así su potencial como elemento fetiche de nuestra actividad sexual.

Hoy en día, en el mercado tenemos muchas opciones y variedades así que….. ¿por qué no convertir esa barrera preventiva en algo divertido y motivador? ¿Y si los condones no fueran una cosa aséptica que dan los padres responsables en la adolescencia, que se compran en las farmacias con todos los demás medicamentos y son objeto de tantos sermones?

Giremos 180º y redefinamos nuestras ideas sobre el condón. Acerquémonos a un sex-shop con nuestros amigos y amigas o con nuestra pareja y valoremos todas las posibilidades. Así nos adentramos en un viaje de iniciación sobre el que podría ser nuestro primer y más necesario juguete sexual. Para ello hemos contamos con la ayuda de Lola, propietaria de la tienda SexDLux en la calle la pelota nº2 de Bilbao.

¿Acaso el uso de un reloj es menos necesario en nuestro día a día que los preservativos en nuestras relaciones sexuales? Sin embargo contamos con relojes con todas sus formas, estilos y colores. Incluso los seleccionamos en función de nuestra ropa, la actividad o nuestro estado de ánimo. Pues lo mismo cabe hacerse con los profilácticos…

Esa alternativa está ahí al alcance de nuestra mano y la diversidad es mucha. Están los preservativos de colores, con sabores, con estrías para mayor sensibilidad incluso los hay con efecto frío efecto calor, o con efecto retardante. Casi podemos decir que hay un preservativo para cada uno o para cada una, para cada situación y para cada compañía.

Si algo tenemos que enfatizar es que los condones no son incómodos y si los notamos incómodos es porque no hemos escogido el que mejor se adapta a la forma de nuestro pene. Si somos quisquillosos con nuestros zapatos para nuestros pies porqué no vamos a serlo aún más con los preservativos para nuestro pene.

Al margen del tamaño estándar de 52-53 mm existe una gama de tamaños que va desde los 47 mm hasta los 69 mm. El condón nos tiene que quedar justo pero no tiene que apretar, ya que además de resultar más incómodo de lo necesario puede favorecer el riesgo de rotura. Así que una buena manera de mejorar nuestra salud sexual es escoger un condón adecuado al tamaño del miembro donde vaya a colocarse, sea el propio o el ajeno.
Esto también es algo a tener muy en cuenta en el caso de que compartas tus juguetes sexuales con tu pareja o parejas sexuales. Ya que una buena práctica higiénica es la de colocar un preservativo sobre el juguete a compartir para protegeros ambos, cambiándolo cuando lo haga quien lo use. Obviamente, el condón deberá ser acorde al tamaño del juguete o de lo contrario corremos el riesgo de que el preservativo se rompa.

Otra variedad de las posibles para mejorar nuestro confort es la forma. En el mercado podemos encontrar preservativos con más o menos espacio para el glande porque no todos los penes son iguales al igual que tampoco lo somos las personas.

En cuanto a la forma, más allá de encontrar la horma adecuada, podemos hallar variedades concebidas para mejorar el placer tanto de quien lo lleva como el de quien lo recibe. En el primer caso contamos con preservativos más estrechos en la base que en el resto de su longitud, logrando así una mayor presión en la zona. Esto provoca algo parecido al efecto de un cockring logrando erecciones más intensas. En el segundo caso están los que nos aportan formas para incrementar la sensibilidad de la persona que es penetrada. Ahí encontramos los condones con gránulos, estrías o una combinación de ambos que intensificarán el placer y las sensaciones de quien lo reciba. Muchas marcas comerciales hacen marketing de estos preservativos como meramente orientados a buscar el placer femenino cuando son perfectamente válidos para el sexo anal entre hombres.

Otra de las posibles elecciones tiene que ver con su resistencia. Existen condones más resistentes para garantizar la protección con una relación con una penetración anal intensa donde un preservativo normal puede deteriorarse más rápidamente. Estos preservativos pueden tener espesores del látex de unas 100 micras cuando los normales o estándar rondan las 70, uno extrafino está por las 60 micras.

Adentrándonos en la parte más lúdica del uso del preservativo nos encontramos con los condones de colores, olores y sabores. Ideales estos últimos para el sexo oral, un paso más en la profilaxis que son las barreras orales (con sabores claro). Son especialmente útiles para la práctica del cunilingus (práctica de sexo oral en los genitales femeninos) y para la práctica del anilingus o beso negro (práctica de sexo oral sobre el ano).
Seguro que en un mundo de sabores que van desde el chocolate, la menta, la fresa, los arándanos, el tuttifrutti, encontrareis muchas maneras divertidas de integrarlos en vuestras relaciones sexuales, y unir así dos placeres básicos comida y sexo.

Otra opción muy divertida, si eres de los que les gusta el sexo sin luz o te apetece sorprender a tu pareja con algo llamativo son los condones que brillan en la oscuridad. Seguro que así no pasas desapercibido por mucho que te escondas. Vamos… para dar que hablar.

En el mundo de las sensaciones que nos pueden proporcionar los preservativos tenemos los de efecto frío y los de efecto calor. Tranquilidad, que nadie se va a constipar ni se va a abrasar, sólo es otra forma de jugar y compartir sensaciones en pareja.

Y finalmente encontramos los de efecto retardante, muy útiles si eres de los que necesitan poca cosa para darlo todo. Estos condones están especialmente pensados para prolongar la relación sexual y así proporcionar más placer a tu pareja. El principio es muy simple, como todos los preservativos estos también vienen ligeramente lubricados, pero en este caso el lubricante puede contener hasta un 1% de lidocaína que mitigará ligeramente las sensaciones en el pene lo que permitirá a quien lo use controlar más y mejor la situación.

En cuanto a la seguridad y garantía que nos dan los preservativos es importante que comprobemos siempre que el preservativo elegido cuente con el marcado CE. El marcado CE es el proceso mediante el cual el fabricante/importador informa a los usuarios y autoridades competentes de que el producto comercializado cumple con la legislación obligatoria en materia de requisitos esenciales. Al margen de otras directivas y reglamentaciones los condones deben estar controlados conforme a la norma EN ISO 4074:2002 “Condones de látex de caucho natural. Requisitos y métodos de ensayo”, cuestión que el fabricante suele hacer constar en la caja. Implica: especificaciones relativas al tamaño de los condones, volumen y presión de rotura, fuerza y durabilidad y el correcto etiquetado del paquete.

Finalmente, recordad respecto al sexo oral que, aunque el riesgo potencial de infección por VIH es mucho menor, existe. Es mayor si la persona infectada eyacula en la boca de quien la realiza la felación o hay heridas en los genitales o en la boca. Aunque sea bajo el riesgo hay casos de transmisión registrados a través de esta práctica y, sobre todo, las probabilidades de adquirir otras ETS, tales como sífilis, gonorrea, hepatitis B, herpes o condilomas son más elevadas. Y tanto para la persona que realiza la felación como para el receptor que también la disfruta y puede pensar que por ello no corre peligro. Porque recuerda siempre que además del VIH existen otras muchas enfermedades de transmisión sexual de las que debes protegerte tanto a tí mismo, o a tí misma, como a tus parejas sexuales.

Carlos Velasco