Las asociaciones que trabajamos dentro del Observatorio Vasco LGBTIAQ+ Euskal Behatokia venimos recibiendo desde hace tiempo consultas, comentarios y denuncias de personas, especialmente de hombres que tienen sexo con hombres (HSH) así como de personas racializadas del colectivo, que han sufrido tratos improcedentes por parte de personal de diferentes cuerpos policiales.
Casi todos los casos tienen que ver con actuaciones policiales en lugares públicos, pero también por omisiones de protección ante situaciones amenazadoras por parte de terceras personas, que, progresivamente y con actos cada vez más violentos, se dedican a acosar, insultar y agredir a las personas del colectivo de forma organizada.
No es un fenómeno que se esté produciendo de forma exclusiva en nuestra Comunidad, hay casos similares recogidos en diferentes ciudades de todo el Estado, por otras asociaciones y Observatorios. De ahí la importancia de prevenirlas e impedir que se extiendan como prácticas habituales e impunes.
Así, agentes de policía han llevado a cabo identificaciones públicas de forma humillante a personas del colectivo LGBTIAQ+, incluso inmovilizándolas; o les han impuesto multas invocando artículos de la Ley Orgánica 4/2015 de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, conocida coloquialmente como Ley Mordaza. En concreto, el art. 37.5, donde se considera infracción leve (de 100 a 600 euros de multa): La realización o incitación a la realización de actos que atenten contra la libertad e indemnidad sexual, o ejecutar actos de exhibición obscena, cuando no constituya infracción penal.
En ocasiones, tenemos constancia de que lo han hecho en el marco de operativos establecidos por sus superiores, poniendo a agentes sin uniforme como “cebos” para dar pie a que se “les entre” en espacios de cruising y, de este modo, poder luego acusar a quien lo haga (un asunto muy serio, incluso penalmente, porque se trata de una inducción a cometer una infracción). Algo que ya hacía la policía en tiempos franquistas aquí o en otros países. Un caso muy popular fue el del cantante George Michael en California.
Si te sucede algo parecido, no firmes nada. Al hacerlo reconoces tu “culpabilidad” y te cierras la posibilidad de denunciar los hechos.
Por el contrario, debes pedir que ellos se identifiquen. Aunque estén actuando “de paisano” están obligados a facilitarte, si lo solicitas, su número de identificación personal (el famoso número de placa) y acreditar su condición de agentes de la autoridad. Si puedes y hay testigos pídeles también su contacto. Y, llámanos tan pronto te sea posible o pide asesoramiento en el 028 (gratuito 24 horas).
Esto no significa que desde las asociaciones que formamos el Behatokia pensemos que todas las personas de todos los cuerpos policiales son LGBTIAQ+fóbicas, por definición. Es un tópico que podríamos extender, con conocimiento de causa similar, a determinados profesionales de la medicina o de la administración de Justicia. Y, tampoco sería cierta esa generalización.
Desgraciadamente, lo que sabemos es que resulta muy difícil para cualquier persona LGBTIAQ+ víctima de algún abuso de poder por parte de los cuerpos policiales, presentar una denuncia en el juzgado de guardia o en la propia policía contra un agente del mismo o de otro cuerpo policial. Negaríamos la realidad si no reconocemos que tenemos sobrados motivos para temer dar el paso y denunciar personalmente estos hechos y a quienes los cometen. Por el desgaste personal y económico que pueden conllevar, por el tiempo que puede demorar o por desconocer los derechos que nos amparan y cómo ejercerlos. Y, sobre todo, por miedo y desconfianza en el sistema que teóricamente debiera protegernos. Por ello, objetiva y mayoritariamente: no lo hacemos. La denuncia supone saltar una barrera, que para muchas personas es demasiado alta.
Algunas asociaciones, sin embargo, tenemos la potestad y la capacidad de tomar iniciativas. Podemos denunciar y personarnos si fuera preciso, y en según qué casos, como acusación particular o popular (como tal lo estamos haciendo en los procesos abiertos por los asesinatos de Bilbao). También podemos instar a la fiscalía, y en especial a la especializada en delitos de odio y discriminación, para que actúe en determinados casos. E, igualmente, ofrecer asesoramiento jurídico gratuito y acompañamiento durante los trámites a quien lo precise, por ejemplo, para utilizar los servicios disponibles, como el del Servicio de Atención a las Víctimas, poco conocido y usado por las víctimas.
Porque no debemos aguantarlo todo. Tenemos derecho a defender nuestra libertad y nuestros legítimos derechos.
En soledad podemos llegar a ser vulnerables, pero la unión hace nuestra fuerza.
Euskal LGBTIAQ+ Behatokia (Observatorio Vasco LGBTIAQ+) es una federación de asociaciones que trabaja en la prevención y denuncia de delitos, discursos de odio y cualquier manifestación de violencia o discriminación basada en las características sexuales, identidad y expresión de género, u orientación afectivo-sexual, sean estas reales o percibidas, incluidas aquellas que afecten a familiares o personas allegadas, promoviendo al mismo tiempo la igualdad real y efectiva de los derechos de todas las personas LGBTIAQ+.
Contacto:
Correo electrónico: euskalgtbi.behatokia@gmail.com ·
Teléfono. +34 681 870 433
Servicio estatal gratuito Arcoiris 24 horas: telf. 028
La aplicación de la Ley Mordaza al colectivo LGTBIAQ+
Artículos Relacionados
Eman izena Gehituren Whatsapp taldean

Gure ekintzen berri izan nahi Whatsapp bidez? Zure mugikorreko kontaktuetan Gehituren zenbakia sartu 607 829 807 eta bidali ALTA hitza eta IZEN-ABIZENAK, hedapen-zerrendan sar zaitzagun. Mezu horiek jasotzeari utzi nahi izan ezkero berriz, bidali BAJA hitza.