Todd Haynes fue presidente del jurado de la sección oficial en el Festival de San Sebastián. También entregó nuestro Premio Sebastiane en 2013. Este año ha cobrado protagonismo al presentar en Cannes su última película, Carol. Protagonizado por Cate Blanchett y Rooney Mara, presenta una sutil y emocionante historia de amor entre mujeres.

Este artículo pretende repasar gran parte de su filmografía, aparte de primeros cortos tan interesantes como La historia de Karen Carpenter (utilizando muñecas Barbie) y mini series de la calidad de Mildred Pierce (2011), con Kate Winslet como protagonista.

POISON (1991)
Ópera prima de Todd Haynes, y que le encumbra como uno de los mejores exponentes de lo que se llamaría “New Queer Cinema”. “Veneno” (Poison) es una apuesta arriesgada, transgresora y provocativa, donde confluye la vanguardia artística y la denuncia política y social. Se enmarca en una época en la que el rechazo y la estigmatización de los enfermos de SIDA estaba en pleno apogeo, con la consecuente impotencia y sufrimiento que esto provocaba en los afectados.

A partir de relatos de Jean Genet, en Poison se entremezclan 3 historias: Hero, Horror y Homo. Hero, narra la historia de un niño gay que mata a su padre, cierto día en que presencia cómo éste golpea a su madre. En Horror, metáfora de la transmisión del HIV, un científico que experimenta con hormonas sexuales, se las toma por error produciéndole yagas y heridas altamente contagiosas. En Homo, el director explora la obsesiva y violenta relación sexual entre dos prisioneros.

Las tres historias son narradas desde estilos cinematográficos totalmente diferentes, experimentando apuntes de estilo que se repetirán en sus trabajos posteriores.

SAFE (A SALVO)
Safe utiliza sutilmente elementos de ciencia ficción y de terror para recrear una historia intimista y social al mismo tiempo. Carol White, encarnada magistralmente por Julianne Moore, es un ama de casa que se encuentra segura en su vida acomodada y rutinaria. Sin embargo, un día se empieza a sentir mal. A pesar de esto, los médicos le dicen que no le encuentran nada.

Con el tiempo descubre que hay más gente en su situación: su cuerpo reacciona mal ante los cada vez mayores elementos químicos a los que el ser humano se expone.

La cosa va a peor, pero los análisis siguen reflejando parámetros normales, y los médicos no la consideran una enferma. Ella cae en la desesperación, está enferma pero no sabe cómo solucionarlo.

Un buen día acude a una clínica en plena naturaleza, en una comunidad un poco hippy. Carol encara su proceso de curación como un proceso de recuperación de una autoestima perdida.

Nuevamente Haynes utiliza esta historia para hacer una alegoría del enfermo de SIDA de principios de los 90.

VELVET GOLDMINE (1998)
Todd Haynes en esta ocasión retrata el mundo del glam rock de finales de los 70, un mundo de fantasía, de estética andrógina, de color, de excesos, etc.

Será la investigación de un periodista y fan (Christian Bale), la que nos acercará a la figura del cantante Brian Slade (Jonathan Rhys-Meyers), 10 años después de su asesinato simulado encima de los escenarios. Entrevistas a su antiguo manager, su ex mujer (Toni Collette, la protagonista de La boda de Muriel), a su amante y cantante (Ewan Mc Gregor), y los recuerdos del propio periodista, nos irán desvelando poco a poco la vida del artista y pretenderán averiguar cuál es su paradero durante los últimos años.

Velvet Goldmine es un musical, con una excelente banda sonora. Sus referentes claros están en David Bowie e Iggy Pop.

Haynes va más allá y retrata un mundo también de libertad sexual y de identidad, quizás artificioso pero que surgió como reacción al conservadurismo previo de esos años anhelando romper moldes y ataduras.

Interesante también el análisis de esa época desde la investigación llevada a cabo a mediados de los años 80, diez años después, y cómo toda esa explosión de “color” se ha relajado y vuelto, en cierta manera, a la senda del conservadurismo de la era Reagan.

LEJOS DEL CIELO (2002)
Es la historia del típico matrimonio acomodado y aparentemente feliz, de finales de los años 50 en EEUU. La mujer, interpretada por Julianne Moore, ve que su vida de ama de casa y esposa fiel, se trunca cuando descubre a su marido, Denis Quaid, con otro hombre. El marido se siente mal, llegando a decir: «estoy seguro de que esto es una enfermedad, porque me hace sentir despreciable». Ella intenta apoyarle, con la sumisión característica de las mujeres de su época, y sigue a su lado, incluso van juntos al psiquiatra. Sin embargo, no deja de sentirse sola, desdichada. No puede contar nada, ni siquiera a sus amigas, que los ven como la pareja ejemplar. La sociedad no podría entender, con su mentalidad puritana, que personas del mismo sexo puedan amarse.

El único acercamiento real que tiene es con su jardinero, un hombre culto, sensible, pero de color. Ella se abre a él, intenta luchar contra los prejuicios pero eso, la sociedad “blanca”, tampoco lo entiende.

Todd Haynes retrata un mundo que está “lejos del cielo”, centrado en las apariencias e incapaz de ir más allá de la “superficie” y de la norma.

La fotografía de la película simula el Technicolor. Los títulos de crédito, la estética general y la música podrían estar sacados de un melodrama del cine de los años 50. De hecho, Todd Haynes quiso dejar claro su homenaje al cine de Douglas Sirk.

I AM NOT THERE (2007)
I am not there supone el regreso de Haynes al mundo de la música después de Velvet Goldmine. Esta vez hace un viaje poco convencional a la vida de Bod Dylan, donde 6 actores representan a este cantante.
 
Aunque se encuentra en la vanguardia formal, se apoya en el mainstream a través de profusa presencia de actores conocidos: Heath Ledger, Christian Bale, Richard Gere, Cate Blanchett, Julianne Moore, etc.

El cine de Todd Haynes, si podemos sacar elementos comunes, es un cine con un estilo formal cuidado, sutil, poético y perfectamente orquestado por él, con elementos de vanguardia en algunos casos, cultivados ya desde sus inicios (Poison o el corto La Historia de Karen Carpenter). Al mismo tiempo, es un cine que desde “Safe” ha contado con la complicidad de las mejores actrices y actores de Hollywood, entrando de lleno en la cultura mainstream.

En muchas de sus películas vuelve al pasado relativamente reciente de Estados Unidos. En algunos casos queriendo contraponer, con episodios históricos, el conservadurismo frente a lo transgresor, la moralidad puritana frente a la libertad sexual. Ejemplo de ello son Lejos del cielo o Velvet Goldmine, etc.

Su cine se interesa por la música: el glam rock de David Bowie está presente en “Velvet Goldmine”, y la vida de Bob Dylan en “I am not there”.

No podemos olvidar su postura militante recordando los primeros años del SIDA, y de la impotencia de los enfermos ante el olvido de las autoridades médicas estadounidenses de los 80. Alusiones a lo dicho las podemos encontrar en una de las tres partes de Poison, y en Safe. En ambos casos están presentados desde el punto de vista formal con elementos casi de cine de terror.